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No es fácil creer que la única resistencia a los dos grandes de la Liga llegue de un equipo que representa a una ciudad de 50.000 habitantes. Sevilla, Valencia, Atlético no resisten el paso marcado por Real Madrid y Barcelona y tan sólo el Villarreal puede presumir de al menos mirar de cerca a los dos equipos que ya están en lo más alto de clasificación y que de no mediar una crisis inesperada, así estarán hasta el término de la Liga allá por el mes de mayo. La lucha es desigual. 452 y 420 millones de euros de Madrid y Barcelona contra 67 millones de presupuesto. Siete veces menos. ¿Milagro? Dicen que trabajo planificado y un giro total hacia la cantera. Hasta diez canteranos hay en el primer equipo -nada que envidiar al Barça- una plantilla que vio como la partida dedicada a sus sueldos quedó reducida al inicio de la presente campaña.

Un paseo por Vila-real no invita a pensar que en la ciudad castellonense se encuentra una de las mejores fábricas de futbolistas de toda España. Discreta, funcional y escapando de la ostentación de otros recintos deportivos, la Ciudad Deportiva del Villarreal cuenta con 70.000 metros cuadrados, con nueve campos de fútbol once. Por el día, el centro ideado por Fernando Roig se convierte en el santuario de la primera plantilla y del equipo filial en Segunda, mientras que por la tarde pasa a ser el centro social de Vila-real. Además, una residencia sirve de domicilio de 95 de los chavales. Todos los jóvenes están obligados a estudiar en el instituto.

La esencia de todo este trabajo de cantera no terminaba de llegar al primer equipo del Villarreal. El equipo amarillo, tras los éxitos de épocas pasadas, estaba buscando una identidad que parecía haber perdido. La salida de Pellegrini dejó tocada a la entidad. Valverde no se acopló y la decisión de Fernando Roig fue la de mirar abajo, a uno de los técnicos de la casa, de esos que se habían pasado horas trabajando en Miralcamp, desde 2002 concretamente. Antes de hacerse cargo del equipo en enero pasado, Garrido ya había entrenado en Preferente, Tercera, Segunda B y Segunda. "Cuando llegué, el equipo había perdido sus señas de identidad y ahora toca la regeneración", afirma el técnico. Enganchado al fútbol, no disimula su ambición: "El Villarreal tiene que dar el paso de ganar un título".

Garrido, cantera y fichajes a coste cero

Y lo percibes en cuanto presencias una jornada de trabajo del entrenador del Villarreal. No para. Hiperactivo, es un torbellino. No da tregua. Habla, gesticula y aún tiene tiempo para reunir a todos al término del entrenamiento para decirlos que no le ha gustado nada lo que han hecho, que así, no. Poco le importa que en su plantilla haya campeones del mundo: Capdevila o Marchena u otros curtidos en mil batallas como Cazorla, Diego López o Nilmar. Por el momento, la consecuencia del técnico de 41 años fue la de colocar a su equipo en Europa la pasada temporada y lograr ser la alternativa a la tiranía de Madrid y Barça. Y todo esto con fichajes a coste cero y tirando de la cantera.

El Villarreal tiene 644 jugadores en la cantera (42 extranjeros), repartidos en 39 equipos. Además, cuenta con un convenio de colaboración con el CD Roda, con el objetivo de que ambas instituciones se beneficien mutuamente en la formación de jugadores. En el fútbol base hay trabajando 85 entrenadores, 11 preparadores físicos, 7 fisioterapeutas y 1 médico, 1 psicólogo y la residencia está a cargo de 6 tutores.

En la plantilla actual del primer equipo hay diez jugadores que han pasado por las categorías inferiores del club: Santi Cazorla (campeón de Europa con España), Bruno Soriano (internacional absoluto con España), Juan Carlos Sánchez, Joan Oriol, Catalá, Mateo Musacchio (internacional en las inferiores de Argentina), Mario Gaspar (internacional Sub-21), Matilla (internacional Sub-21), Jefferson Montero (internacional absoluto con Ecuador), Cristóbal y Marco Rubén (internacional Sub-23 con Argentina). Hasta diecinueve ojeadores trabajan para el club amarillo. Fernando Roig hijo y Llaneza tiene la última palabra en las incorporaciones. Durante los últimos años la política era clara: fichajes de jóvenes talentos de cualquier parte del mundo. Los frutos ya se pueden ver en la primera plantilla.

La crisis no dejó de lado al Villarreal

Tras rozar la final de la Champions, el club amarillo vivió su momento de gloria. Todo parecía poco y el presupuesto fue creciendo a la vez que lo hacían los negocios de Fernando Roig, dueño de la entidad y accionista de empresas como Pamesa y Mercadona. No importaba el gasto, pero el giro que sufrió la economía española obligó a replantear el negocio futbolístico. Los 82 millones de euros de la temporada 2008-2009 fueron el tope presupuestario y a partir de ese momento se fue reduciendo, adaptando el club a la nueva situación económica española. La primera consecuencia fue la de dejar de lado los grandes fichajes, pasando a confíar en la cantera. Y por lo que se ve, el cambio ha dado resultado.

La familia Roig no se conforma con esa diferencia que señala el presupuesto de su equipo de siete veces menos que los de Real Madrid y Barcelona. El presidente del Villarreal no ha tenido inconveniente en enarbolar la bandera de la lucha contra los grandes en el asunto del reparto de los derechos televisivos. "Hay alguien que no quiere que tengamos dinero ni que estemos arriba y eso no lo vamos a consentir. Nosotros también corazón aunque seamos de pueblo". Y la verdad es que el asunto no parece tener una sencilla solución. Ni Villarreal ni Sevilla parecen dispuesto a plegarse ante el reparto que propone los grandes y que es secundado por muchos de los pequeños clubes.

http://www.elconfidencial.com/deportes/villarreal-milagro-futbol-presupuesto-millones-20101101-71131.html